Un Plan siniestro, por #GanarLaCalle

La luz no aumentó sola, porque sí. El gobierno de Mauricio Macri aumentó la tarifa para que las empresas que venden energía eléctrica ganen más. pero además eliminó los subsidios, que eran una parte de la factura que el estado les pagaba a las empresas en lugar de que lo hiciera usted. El Estado sacaba la plata de lo que recaudaba, por ejemplo de las retenciones a la exportación. De ese modo, una parte de las enormes ganancias de los más ricos servía para que usted no pagara tan cara la luz.

El gobierno de Macri eliminó las retenciones, subió las tarifas, y eliminó los subsidios. O sea: los exportadores ganan más, y las empresas de electricidad ganan más. usted paga más. Usted va a pagar 5, 6 o 7 veces más por la luz que consuma en su casa, en su comercio, en su taller. Eso se llama Tarifazo.

pero ese no va a ser el único perjuicio para usted. Todos los que fabrican o venden los productos que usted tiene que comprar para vivir también van a pagar más cara la luz. O sea que sus costos van a ser mayores, así que van a aumentar sus precios. Los de los alimentos, de la ropa, de los útiles escolares. Si usted es comerciante o pequeño productor industrial., probablemente empiece a vender menos.

Nada de esto es casual. es parte de un plan. Como los despidos. Como la devaluación del peso. Como la eliminación de las retenciones a las exportaciones. Como los limites a las paritarias. Como los aumentos a otros servicios, que ya van a venir. Como la represión a los que protestan. El plan es concentrar más la riqueza en los que ya son más ricos.

Tenemos derecho a oponernos a este robo a nuestro trabajo. Hagamos valer ese derecho. Si nos organizamos, en cada barrio, en cada lugar de trabajo, si le hacemos frente juntos, el plan de Macri no pasará.

#GanarLaCalle en FB

A propósito de la primera jornada de ¿Qué nos pasó? Parte 3 Juan Monteverde

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Llegamos a la última parte del evento, donde reproduciremos una síntesis de la charla de Juan Monteverde (Movimiento Giros-Ciudad Futura, Rosario).

No quiero dejar de agradecer a Ariel Penissi, coordinador de las charlas en El Bauen, e integrante del programa de radio de FM La TribU, Tiro al Blanco, por su buena onda y accesibilidad, Mención especial también para Nora Cortinas y sus emotivas palabras de despedida de la jornada.

Ahora una pequeña biografía, Juan Monteverde es concejal electo en las últimas elecciones, junto a Caren Tepp(Movimiento Giros) y Pitu Salinas (Movimiento 26 de Junio), integrantes del Frente Ciudad Futura, constituyendose en tercera fuerza en Rosario.

Estos jovenes forman parte de un movimiento que viene militando Rosario, que cumple ya 10 años de vida, ya que comenzó en 2005. Y que cuenta con emprendimientos autogestionados como un tambo propio(Tambo La Resistencia), la Escuela Ética(primera escuela autónoma de la provincia), un centro cultural que promueve a los artistas(Distrito 7) y otros emprendimientos como Misión Anti Inflación, que hace llegar productos del campo directamente de los productores al consumidor sin intermediarios.

Ahora una síntesis de su exposición en la jornada del 19 de Agosto:»Si algo podemos aportar al debate es con una experiencia situada en un territorio concreto, un  nuevo instrumento político. formado por movimientos sociales, Movimiento Giros y Movimiento 26 de Junio.»

«En 2015 ingresamos 3 concejales, con casi 100000 votos.Tenemos 10 años de vida. ¿Qué intentamos hacer nosotros que nos consideramos hijos e hijas del 2001.?»

Juan Monteverde se refirió después a la cuestión de la autonomía y como crear espacios de autonomía, movimientos políticos, fabricas recuperadas.

«El mientras tanto nos interpela en no caer en la trampa del kirchnerismo y antikirchnerismo. Hay una linea divisoria para pensar que tipo de practicas hacemos. Hay que intentar cambiar las preguntas.Tenemos que hacer el intento, hay que animarse a hacer cosas nuevas.Sabiendo que no vamos a poder hacer todo lo que queremos, pero mostrar esos indicios. Poder dar la batalla para ganarla, no para quedar bien. Con ímpetu y voluntad de ganar».

«Salir a interpelar fuera del campo popular, los que somos de izquierda ya nos conocemos todos, ya nos peleamos y nos amigamos.Vamos a evitar quedarnos en la terapia de pareja que parece que hace la izquierda.»

«Con la Escuela de Ética construimos las dos únicas escuelas de gestión social de Rosario, donde los pibes sí terminaban la escuela y no eran expulsados, para terminar siendo soldaditos de las bandas narco. Construimos una mejor educación que la gestión de la provincia de Santa Fe. Destacamos el poder bajar el discurso ideológico a una practica transformadora concreta.»

«Sostenemos el último tambo que le queda a la ciudad (Tambo La Resistencia). Demostramos que hay producción y una nueva gestión». «Creamos Misión Anti Inflación, organizando productores y consumidores, eliminando intermediarios que encarecen el producto.»

«Conseguimos la primera condena por narcotráfico en la provincia por el caso de Momo, Jere y Patóm, tres militantes que fueron confundidos con soldaditos en medio de una disputa por el control del territorio y fueron asesinados por sicarios de los narcos.

«Presentamos un modelo de Ciudad, con el proyecto de inmobiliaria pública. Logramos la implementación de una ley para impedir que sigan proliferando los countries en Rosario.»

«Proponemos construir el gobierno antes de ser Estado, como pregonaba Gramsci.»

«No somos una alternativa a nivel nacional, pero sí a nivel local, y eso nos permite ser optimistas.Planteamos a necesidad de proyectos que puedan ser bajados. Para creer hace falta ver algo, cómo podemos mostrar que lo podemos hacer mejor que el gobierno local.»

«Necesitamos hablar para el común de la gente, no ser un marciano que baja, un marxista convencido de la primera hora dispuesto a dar la vida».

«Priorizamos un método, una forma de construir, por eso ganamos.Convencer, convencer y convencer».

«Hay que salir a construir con las mayorías, discutir con las mayorías. No vendernos el pan entre panaderos. Las sociedades solo se plantean aquello que están en condiciones de resolver, dice Marx».

(Para más información:http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-49707-2015-06-15.html, Información y contacto:http://www.movimientogiros.com.ar/)

A propósito de la primera jornada de ¿Qué nos pasó? Parte 2 Itai Hagman

En segundo termino expuso su pensamiento Itai Hagman, dirigente de Patria Grande. ¿Quien es este joven?Primero una pequeña biografía:

Docente / Economista UBA / Ex presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires

Tiene 30 años. Comenzó su militancia en barrios de la Capital Federal. Luego, tras su ingreso a la Universidad, formó la agrupación La Mella que conquistó varios Centros de Estudiantes y la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).

Actualmente se desempeña como docente en escuelas medias de la ciudad de Buenos Aires.

Participó en 2013 como candidato a legislador de la ciudad con el frente Camino Popular, en alianza con Claudio Lozano como candidato a senador. En 2015 se presentó nuevamente como precandidato a legislador, en ambos casos su fuerza llegó a las pasó, si bien no obtuvo banca.Itai hagman foto

Vamos a un resumen de sus reflexiones en la jornada del Bauen  el 19/8/2015.

«Esta pregunta de qué nos pasó, un titulo provocativo asociado al 2001. Qué nos paso como campo popular. Hay otra parte del titulo, la de la encerrona de 2015, que quiero relativizar. En las discusiones sobre 2001 todavía no hay un balance.El proceso político que vivió la Argentina de estos años se explica desde el 2003 y no en el cambio que vino por el 2001. Se subvalora a los procesos políticos por encima de los individuos. No se pueden explicar estos 14 años solamente como una respuesta a lo que paso en 2001. Hubo una crisis de la hegemonía neoliberal en 2001. Después aprendimos en nuevo escenario mundial latinoamericano.»

«Hoy contamos con un nivel de organización popular sindical y política muy superior al que se vivía en 2001. Hemos encontrado demasiadas respuestas fáciles, sobre lo que ha pasado, y por qué perdimos la oportunidad y fue capitalizado por una variante tradicional de la política. Una excusa es echarle la culpa al PJ.»

Se refirió al contexto de cambio latinoamericano: «Hoy el Mercosur discute una suerte de acuerdo de libre comercio con Europa. El PT y el Frente Amplio lo apoyan, el PJ está en contra. Al menos hasta diciembre de 2015.»

«Más que discutir, quien nos obturó, quien nos detuvo, tenemos que discutir como estaba el campo popular en ese momento. Teníamos una desorientación de como construir  un proyecto político alternativo.El kirchnerismo nos permitió pensar en otras cosas, por eso podemos aprovechar mejor este momento que en 2001» «Estos últimos cinco o seis años, pudimos pensar en un proyecto alternativo como el de Bolivia»

Hagman se refirió también a como pensar en la disputa del poder. La relación con lo político y lo electoral.

«América latina demostró a la izquierda que el terreno electoral era un terreno importante de disputa política.Empezamos a construir algunas ideas. Un gran proceso de aprendizaje, con, con construcciones nuevas, y practicas políticas nuevas. Ahora estos 14 años fueron un proceso de maduración en distintos lugares. ¿Qué es lo que está pasando en Argentina que los sectores conservadores sacan el 80 5 de los votos?»

«Hay un piso de militancia sobre donde construir. Hay un escenario muy abierto y muy interesante. Se habla de un giro conservador.¿Qué va pasar con toda la militancia?¿ Que va a pasar con toda esa militancia que estaba en el kirchnerismo?. ¿Como nos pensamos desde el campo popular en esta nueva etapa?»

«Creo que llegamos en buenas condiciones. Hay que ser más inteligentes para explicar lo sucedido en estos años.Como ubicarnos en un proceso político contradictorio. La nueva etapa nos tiene que encontrar con la cabeza más abierta. Es hora de producir nuevos liderazgos. Hay muchas experiencias a lo largo del país, de agrupaciones lideradas por jóvenes que tienen otra manera de mirar la política. Es momento para que las generaciones que nos formamos en el 2001 demos un paso al frente.»

«Creo que nos va a abrir nuevas oportunidades para construir o reconstruir un proyecto de país. Tenemos que tener una mirada optimista de cara a lo que se viene. El pueblo no quiere retroceder».

que nos paso tiro al blanco

A propósito de la primera jornada de ¿Qué nos pasó? Parte 1 Patricia Walsh

que nos paso tiro al blanco A raíz del excelente disparador de la gente del Programa Tiro al Blanco de la Tribu, se gestionó la realización de dos jornadas de debate político en el Hotel Bauen, Cooperativa de Trabajo, en el Auditorio «Abuelas de Plaza de Mayo». El 19 de Agosto, ayer, tuve el privilegio de poder asistir a la primera jornada. Si bien, por asuntos laborales me perdí la primera ponencia, donde disertaban a partir de las 17 hs Horacio Gonzalez, Luis Mattini, Mario Santucho, Eduardo Anguita y Diego Genoud.

Apresurado me acerqué al Auditorio a eso de las 20 hs y tuve la suerte de llegar a la exposición de Patricia Walsh y tomar algunas notas.

¿Quien es Patricia Walsh?Twitter_400x400Pato Walsh

Nacida en Buenos Aires en el año 1952, es hija del escritor y periodista Rodolfo Walsh, asesinado y desaparecido durante la ultima Dictadura Militar.

En 1999 conformó el Frente Izquierda Unida (una alianza entre el Movimiento Socialista de los Trabajadores y el Partido Comunista), en carácter de independiente. Ese año fue candidata a la presidencia y en el2000 a Jefa de Gobierno y Legisladora porteño, resultando electa Legisladora junto a Vilma Ripoll. Integró la Coordinadora Nacional de Izquierda Unida.

En las elecciones de 2001 fue candidata a Diputada Nacional por la Ciudad de Buenos Aires y obtuvo una banca con el 7.85% de los votos. Ocupó el periodo 20012005 Diputada Nacional en el bloque de Izquierda Unida. Integró las comisiones de Educación, Derechos Humanos y Libertad de Expresión. Entre los proyectos que presentó pueden destacarse: Nulidad de la leyes de Obediencia Debida y Punto Final (proyecto que después tomo e hizo efectivo el gobierno de Nestor Kirchner)y la Convocatoria a Elecciones para una Convención Constituyente Libre y Soberana.

Fue candidata a Presidente de la Nación por Izquierda Unida en las elecciones del 27 de abril del 2003 y candidata a diputada nacional por la coalición MST-UNITE en las elecciones legislativas del 23 de octubredel 2005.

En las elecciones de 2007 celebradas en la Ciudad de Buenos Aires obtuvo cerca del 4% de los votos, obteniendo así una banca como legisladora, siendo elegida por el cuerpo Mejor Legisladora 2008.

En las elecciones 2015 de la Ciudad de Buenos Aires se presentó como candidata a Vicejefa de Gobierno por el frente Camino Popular, aunque no superó en las primarias el piso requerido para presentarse en las generales.

Volviendo a su ponencia,en esta jornada, Patricia se manifestó satisfecha de las ideas de la militancia juvenil que se han visto de nuevo, en agrupaciones recientes de jóvenes, como Camino de los Libre. Se definió como una candidata independiente, si bien agradeció, que el Frente Popular la hubiese convocado como candidata para el Frente Popular en las ultimas elecciones.

Habló de: «No reducir lo planteos de la política de ahora en ser k o anti k, eso es una encerrona.Necesitamos una izquierda joven, democrática, plural. Inclusive más que eso. Necesitamos ser más convocantes. Si quieren llamenlo centro izquierda con un programa de izquierda.»

Se refirió a la cuestión de genero:» Junto a Laura Garcia Tuñon vamos a presentar un proyecto de ley para garantizar la paridad entre hombres y mujeres en las listas electorales, ya hay 12 paises que legislaron en este sentido». «Que esta ciudad sea la ciudad donde la convocatoria de «NI una menos» fuera multitudinaria, hace que debamos vincular eso con los derechos políticos de las mujeres.»

Enunció de igual modo que: «Hay que preocuparnos por el futuro inmediato. El 40 % de los genocidas está con presión domiciliaria, eso facilita que puedan saltarse algunos controles. Las lineas de trabajo de la reconciliación ya están planteadas en editoriales, como las de La Nación, para ocultar la impunidad genocida.Los criminales de lesa humanidad, deben cumplir cárcel común perpetua y efectiva».

Se refirió las proximas elecciones de octubre llamando a votar por alguno de los dos candidatos que quedaban en carrera de centro izquierda o izquierda, frente a los malos conocidos candidatos liberales, Massa, Scioli y Macri.

Ucrania. El comienzo del Maidán 2013. Impecable info sobre la guerra en Ucrania.

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LA ATRACCIÓN DE EUROPA

 COMO UNA GRAVEDAD ANTISOVIETICA

Dmitry Cherny

Traducción al español: Ximena Krasnaya

Moscú, 05/12/2013

Cuando en Moscú se reunieron 150.000 personas en la Plaza Bolotnaya, el régimen de Putin era mucho más fuerte que el de Yanukovich. Estaba fortalecido por diez años de poder, considerablemente más fuerte que el Partido de las Regiones. Sin embargo, en Kiev la movilización se produce en forma más rápida y más efectiva, por segunda vez en la historia reciente de Ucrania.
En la “Maidan” (Plaza Central de Kiev), es donde han ocurrido todos los cambios de poderes en Ucrania, incluso cuando era parte de la URSS. Pero estos cambios han alejado a Ucrania más y más no tanto de Rusia, sino de los logros soviéticos tanto sociales como económicos. El derecho a la autodeterminación de los pueblos interpretado por Lenin como un medio de unión entre los pueblos por encima de las fronteras burguesas, no como “libertad de”, sino “libertad para” se ha convertido actualmente en algo bajo, siendo utilizado por los oligarcas nacionales y transnacionales.
Ahora la segunda “Maidan” de consignas fue de inmediato proeuropea, liberal y nacionalista. Tales sentimientos son traídos no sólo por la ucranización (identidad nacional recuperada, que supuestamente había suprimido la URSS), sino también por la privatización burguesa y la colonización económica de Ucrania. Nuestros activistas de izquierda de “Borotba” (lucha) y las organizaciones marxistas con sus consignas fueron expulsados de la Plaza; los ultraderechistas del grupo Svoboda (Libertad), quienes son abiertamente simpatizantes de Stepan Bandera y de Hitler, intentaron golpearlos después de amenazarlos.
La izquierda trató de sacudir la calle Kreschatik (calle central de Kiev) y la Maidan de la Independencia con sus consignas, hablando sobre la necesidad de no unirse con la burguesía europea, de no esclavizarse con la Organización Mundial de Comercio, sino de fusionarse con el proletariado, de los derechos sindicales, de la unidad a través de las fronteras con aquellos que verdaderamente producen la riqueza de las naciones. Por desgracia, el socialismo, tan popular en las demostraciones, está allá junto a ucranianos fachistas y banqueros liberales. El eurosocialismo, si es posible llamarlo así, simbólicamente representado por estrellas amarillas de cinco puntas sobre un fondo rojo, y no el azul de la UE, no es popular en la Maidan. Los ucranianos quieren un milagro: no depender del trabajo diario hecho con sus propias manos, sino que ese milagro provenga de un miting. La Plaza quiere, como en un cuento de hadas, ingresar a Europa, y mañana despertarse en otros departamentos, con salarios en miles de euros, y así sucesivamente. La segunda Maidan no se diferencia de la primera, así como no se diferencia del resto de las “revoluciones” ( en realidad, políticamente son contrarrevoluciones) que en las repúblicas de la URSS se dispararon en 1991 en Belovezhe.
Sin embargo, en Rusia y en todas partes de las repúblicas ex soviéticas, la Maidan ucraniana provoca admiración, porque allá se ve una fuerza que siempre rompe los planes partidistas o corporativos, se ve la energía creativa de las masas. Estos días pasados en la Maidan han agitado la esperanza no sólo de los ucranianos, este hecho podría hacer que aquellos reunidos en la Plaza Central lleguen al mismo poder, si lograran la formación de Soviets. Aquí después de dispersar a la multitud en forma violenta, dejando a muchos heridos, llegan nuevas noticias: las masas se han apoderado de edificios administrativos. Pareciera que éste es ya un proceso irreversible.
Es el sueño de la Bolotnaya de mayo de 2012, el día de la asunción de Putin. En forma pacífica, pero activamente, han destronado al zar, incautando ofensivamente el poder de las manos de un rey ilegítimo.
Si se mira de cerca, el estado de ánimo que domina tanto a la Bolotnaya como a la Maidán no tiene nada de soviético o en todo caso no se podría decir que allá encontramos algo de socialista. Si en Moscú los liberales ganan en el campeonato de la oratoria (y es por esa razón que la Bolotnaya no se convirtió en el poder de los soviets), entonces en Kiev el requisito es abstracto y rápido, el nivel de vida europeo se ve como rechazo final a la identidad soviética, pasando suavemente al nacionalismo y a la protesta encabezada por militantes fachistas. El asalto a la administración presidencial en la calle Bancova, utilizando una excavadora, muestra solamente que son grupos fachistas belicosos. Pero detrás de ellos es importante recordar que hay medio millón de ucranianos reunidos en Vecha (vista antigua eslava de la democracia) que en conjunto hace frente a la arbitrariedad rechazando la integración con Europa. En sí, esto no significa que Ucrania se haya convertido en un Estado fachista, pero cualquier protesta, si es masiva, en cuestión de días es determinada por sus líderes, los cuales conducen al pueblo hasta la victoria sobre el poder, o es dispersada como ocurrió en el 2012 en Moscú.
La Bolotnaya y la Maidán son parecidas desgraciadamente, con un único odio hacia el pasado soviético con su dominio estatal sobre la iniciativa privada. El mito sobre la confrontación entre totalitarismo y democracia todavía domina en las mentes de los ciudadanos ex soviéticos. Sin embargo, es importante destacar que a la primera Bolotnaya llamó el frente de izquierda de Rusia. Esta misma organización es una construcción prosoviética, la cual junto con otros participantes que hoy están presos y siendo juzgados por la causa del 6 de mayo de 2012 por “desórdenes masivos”, y cuyo único deseo que la unen a otros grupos políticos es cambiar el régimen de Putin. El Frente de izquierda probó la forma democrática en los mitings, contribuyendo con la agitación tratando de aleccionar a las masas que se conducían al “euroidealismo”, como en Kiev ahora. Después de todo unirse a la UE a toda costa es el acorde final en la desovietización. Y la UE, este sueño de Hitler, no hubiera sido posible sin la destrucción del bloque de países socialistas que contenía a la URSS, a la República Popular Polaca, a Checoslovaquia y las otras democracias populares del este de Europa.
La UE recoge los fragmentos de la URSS dispersados después de 1991. Sin embargo, no posee aquella profundidad y fuerza de los órganos e institutos socialistas cuya dirección permitiría, como en la URSS, ingresar a la Unión Europea recibiendo algo sin entregar sus derechos a una colonia. Aquí la Federación Rusa va a la vanguardia de la contrarrevolución y ésta última es la que ha traído toda la carga a la economía postsoviética: adhesión a la OMC, estrangulando su propia industria, su aviación, su industria automotriz. Los traidores de la URSS, el comando de Putin, han sido los ejemplos para sus hermanos menores como Ucrania. La degradación industrial es lo que conduce a la UE, lo que cayó de la URSS; y en el plano ideológico, por desgracia no se ha formado a nadie entre las fuerzas políticas en Kiev.
La gigantesca unión del pueblo soviético nacida y educada en Kiev, con un radical sentimiento y aspiración antisoviético, ha sido una tragedia. Pero esta tragedia pareciera ser ahora optimista. El pueblo, exactamente el pueblo y no una minoría política, trata de poner en orden sus pensamientos (incluso desde la derecha y pronunciando un discurso antisoviético) y hace esto en forma de Consejo, cuando el poder trata de decidir el futuro del país sin su participación. Esto es bueno. Pero todo lo que queda por delante es la protesta dominante del grupo separatista (la ideología de estos “europeístas” es exactamente nacional-separatista, tratándose de alejarse de Rusia, tanto en pensamiento como en el idioma). Sin duda este estancamiento es lo que está asegurando la adhesión de Ucrania a la UE. Y esto es muy malo. Sin embargo, esto no es sólo un producto de astutos provocadores, sino una entropía social, la inercia de la disolución de la URSS en la degradante atomización económica e ideológica que conducen de acuerdo a las leyes de gravitación geopolíticas, las antiguas repúblicas soviéticas hacia atrás de los hermanos mayores, como una gran masa-Estado.
Recordemos que los ucranianos “europeos” hace un año atrás cerraron los ojos frente al secuestro de Leonid Razvozzhaev realizado por las fuerzas de Putin. A este miembro del Consejo Directivo del Frente de Izquierda ruso, figura pública de la política a nivel federal, lo secuestraron en las mismas narices de la misión de la Naciones Unidas en Kiev. La élite ucraniana no demostró ningún respeto ante la UE ni ante las organizaciones internacionales. Por el contrario, siempre estuvo inclinada (tanto en la figura de Yanukovich, y antes de él Yuschenko) a la negociación en propuestas concretas.
Aquí no hay ninguna ideología, no hay beneficios inmediatos, es la política de los trabajadores temporarios; tal es la característica de toda la politiquería postsoviética. Lo mismo que con el régimen de Putin, el régimen de Yanukovich lo más probable es que resista no con el apoyo de las masas. La burguesía nacional y transnacional que ha privatizado 70 años de construcción del comunismo, el pueblo atónito después de largas décadas, un proceso que se ha retrazado por el largo robo. No hay en Ucrania una fuerza política preparada para un cambio sistémico, por eso ocurre esta lucha banal sin un programa ideológico, hay una escalada de violencia que la oposición no podrá ganar. Aquí todo lo decidirá el tiempo (que ya se ha perdido) y la avalancha de masas. La ultraderecha no tiene ese apoyo, así que lo más probable es que pierdan; y si ganan, de todas formas tomarán un camino de compromisos con un Yanukovich que ya se ha pasado completamente a la UE.

Dmitry Cherny, Moscú, diciembre de 2013
Traducción al español: Ximena Neira (Krasnaya)

En ruso: http://forum-msk.org/material/fpolitic/10141031.html

Fuente:http://ximenakrasnaya.blogspot.com.ar/2014/12/ucrania-el-comienzo-del-maidan-2013_30.html

HEDWIG AND THE ANGRY INCH: GLAM EN ESTADO PURO (26 de febrero de 2011)

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Hedwig and the Angry Inch es un musical de 1998, que fue convertido en película en el año 2001. Trata sobre la búsqueda del amor por parte de Hedwig, la cantante transexual de una banda de Glam rock. John Cameron Mitchell escribió el guión de la obra y fue también el director y actor principal de la película. La música y las letras de las canciones las hizo Stephen Trask.

El título hace referencia a la desastrosa operación de reasignación de sexo a la que fue sometida Hedwig, que la deja no con una estructura genital nítidamente femenina o masculina, sino con una “pulgada” disfuncional de carne entre las piernas.

Hedwig and the Angry Inch, adaptación del célebre musical rock del off Broadway (circuito teatral alternativo en la periferia de Broadway), es la historia de una cantante de rock «mundialmente desconocida» y sus esfuerzos por alcanzar el estrellato y encontrar el amor. Hedwig nació varón, un chico llamado Hansel que soñaba con encontrar su otra mitad, pero de mala gana se sometió a una operación de cambio de sexo que le permitió casarse con un soldado americano y alcanzar la libertad al otro lado del muro de Berlín. La operación salió mal y Hedwig se quedó con esa “pulgada irritada” (“angry inch”) que da nombre a la película. Abandonada y divorciada en un parque de caravanas de Kansas, Hedwig decide formar un grupo de rock y conoce al joven Tommy Gnosis, que se convierte en su amante y protegido antes de abandonarla, robarle sus canciones y triunfar por todo lo alto como estrella del rock. Acompañada de su grupo paneslavo, “The Angry Inch”, Hedwig, afligida pero divertida, sigue a Tommy en su gira de masas, tocando en restaurantes medio vacíos ante clientes desconcertados y unos cuantos fans incondicionales.

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LA HISTORIA
© 2000 New Line Cinema

Hedwig era un chico llamado Hansel. Se crió con su madre en la Alemania oriental comunista y se pasaba el rato con la cabeza metida en el horno, escuchando Radio American Forces. La madre de Hansel, una mujer dura que da clases de escultura a personas con miembros amputados, cuenta a su hijo de seis años, al mandarlo a la cama, una historia sobre el origen del amor. La historia está basada en un relato de Platón, que decía que al principio la gente tenía dos pares de brazos, dos pares de piernas y dos caras que surgían de una sola cabeza. Como a los dioses les inquietaba el poder de los humanos, Zeus partió a los hombres en dos y les condenó a vagar por la tierra suspirando por su mitad perdida. A partir de ese día, Hansel decide lanzarse a la búsqueda de su otra mitad. Años después, conoce a un encandilador soldado americano llamado Luther, que le dice que le quiere y que quiere casarse con él y llevárselo al otro lado del muro, a la tierra de la libertad. Pero hay un problema: si quiere casarse, Hansel tiene que someterse a una operación de cambio de sexo. A instancias de su madre, se decide a hacerlo, pero la operación sale mal, como nos cuenta la canción “Angry Inch” (“La pulgada irritada”). Hansel se convierte en Hedwig.

Unos años después, encontramos a Hedwig viviendo en un remolque, en Junction City, Kansas. Luther la ha abandonado por otro hombre y Hedwig siente que su vida se ha acabado. Armada de una peluca, decide agarrarse a aquello que siempre ha amado -la música americana- y funda un grupo de rock con unas cuantas mujeres de militares. Sobrevive haciendo de canguro y otros trabajos sueltos -«en general, el tipo de trabajo que se suele conocer como mamada»- y no tarda en conocer a un chico de 17 años llamado Tommy, que se convierte en su amante y protegido. Le enseña todo los secretos de la música rock y le pone un nombre artístico, Tommy Gnosis. Tommy acaba abandonándola, le roba sus canciones y se convierte en una gran estrella del rock.

Hedwig, decidida a obtener el reconocimiento que se merece, acude a la prensa con su historia. Tommy asegura no conocerla de nada. Mientras la noticia sale en la portada de un periódico sensacionalista nacional, Hedwig y su grupo, The Angry Inch, salen de gira. Como estrategia publicitaria, su agente, Phyllis Stein, les ha organizado actuaciones en todas las ciudades donde va parando Tommy. Tommy actúa en estadios, pero Hedwig y su banda de marginados de Europa Oriental tocan en los restaurantes Bilgewater’s, una cadena de marisquerías de centro comercial.

Por medio de monólogos, chistes y canciones como “Tear Me Down”, “Angry Inch”, “Sugar Daddy”, “The Origin of Love” y “Wig in a Box”, Hedwig cuenta la historia de su vida a los pasmados comensales.

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La vida en la carretera no es fácil. No les sobra el dinero: todos los miembros del grupo se apiñan en una sola habitación de un hotel de carretera. Un día, el grupo está haciendo la colada y Yitzhak, marido de Hedwig y vocalista de refuerzo en la banda, ve un anuncio de casting para su musical favorito, “Rent”. Están buscando a alguien que haga de drag queen portorriqueña cuando la obra se exhiba en un crucero por la Polinesia. Yitzhak decide presentarse al casting.

Cada vez más aislada del grupo, Hedwig contacta inesperadamente con Tommy. Su encuentro se ve interrumpido por un accidente que convierte a Hedwig en una celebridad nacional. Durante su presentación en Nueva York, Hedwig vive un conflicto interno entre ella misma y su otra mitad. En el curso del gran final de su recital (un ciclo de cuatro canciones: “Hedwig’s Lament”, “Exquisite Corpse”, “Wicked Little Town” y “Midnight Radio”), Hedwig se enfrenta a sus demonios y empieza a pensar en sí misma como una persona completa, y no como una simple fracción.

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Sobre la Producción:

No hay duda de que John Cameron Mitchell y Stephen Trask, creadores del musical más imaginativo que la ciudad de Nueva York ha visto en años, tenían un desafío entre manos. El musical “Hedwig and the Angry Inch” había triunfado por todo lo alto en el circuito del off-Broadway, donde había encandilado tanto a la crítica como al público. Tras ver este montaje tan innovador y revolucionario, los espectadores se quedaban con ganas de más. Ese “más” se tradujo en un CD de larga duración y numerosas ofertas de los estudios de cine para llevar a “Hedwig” a la gran pantalla.

Los caminos de John Cameron Mitchell y Stephen Trask se cruzaron por primera vez a bordo de un avión, donde empezaron a hablar después de decidir que no les apetecía ver la película que se proyectaba. Hablaron de sus carreras, la de John en el teatro y la de Stephen en el mundo de la música, y de lo mucho que admiraban sus respectivas esferas. Después de este primero encuentro, ambos empezaron a pasar tiempo juntos y no tardaron en darse cuenta de que tenían un sueño en común. «Fue como lo que se cuenta de la gente que crea grupos musicales, sólo que lo que nosotros estábamos creando era una obra de teatro. Él venía a mí casa o yo iba a la suya. Simplemente, dos personas con intereses comunes, que hablan de las cosas que les gustan y que después empiezan a trabajar en un proyecto y a animarse mutuamente y a tirar el uno del otro», cuenta Trask.

De aquella colaboración nació una «estilista musical mundialmente desconocida» llamada Hedwig. John escribió las canciones e hizo el papel de Hedwig, mientras que Stephen se encargó de componer las canciones y de dar vida al líder del grupo de Hedwig, Skszp. El grupo de Stephen, “Cheater”, también entró en el proyecto y “Hedwig and the Angry Inch” se presentó en Nueva York en la noche del travestismo punk rock celebrada en un club de rock del Soho. Casi inmediatamente se formó una bolsa de admiradores que obligó a buscar un local más amplio. Cuando Mitchell y Trask trasladaron su producción a un teatro del off Broadway, en la zona del West Village, la obra se puso en boca de toda la ciudad. La platea se llenó de rostros conocidos. Sus participantes actuaron en los programas de televisión “Late Night with David Letterman”, “The Rosie O’Donnell Show”, y en la cadena Mtv, aparecieron en la portada del “Time Out New York” y fueron objeto de calurosos reportajes en las revistas “Time”, “Rolling Stone” y “Spin”. John y Stephen recibieron propuestas de todos los rincones del mundo para llevar allí su espectáculo. Hasta la fecha, el musical se ha llevado a Los Angeles, Seattle, Boston, Kansas City, Colonia, Londres, Manila, Islandia y está previsto su estreno en San Francisco, Londres, Toronto y Berlín. En Estados Unidos empiezan a surgir versiones locales en pequeñas poblaciones de todo el territorio nacional.

A la gente de Killer Films les encantó el espectáculo cuando lo vieron. La productora Katie Roumel recuerda que «fue a verla toda la empresa y estábamos todos muy impactados con ella. Era una obra densísima. Gran parte de los diálogos y de los chistes tenían doble intención o hacían alusión a algo, y John ofreció una interpretación increíble y fascinante. Era una obra muy divertida, pero al mismo tiempo muy desgarradora y muy inteligente». La productora Christine Vachon, que fundó Killer Films junto a Pamela Koffler y ha producido varios éxitos de crítica inspirados en la cultura popular (Yo disparé a Andy Warhol, Safe, Velvet Goldmine), se dio cuenta de que “Hedwig and the Angry Inch” tenía que pasar a la gran pantalla. «Vi que había posibilidades de llevarlo a un público más amplio. Porque ¿qué es una gran película? Es una gran historia bien contada. Lo que vi fue una línea argumental buenísima que podía transmitirse aún mejor desde la pantalla que desde el escenario», afirma Vachon. La productora Killer Films, que también ha producido Happiness, de Todd Solondz, y la oscarizada Boys don’t Cry, de Kimberly Peirce, es conocida por su disposición a apostar por directores noveles y proyectos arriesgados con fuerte potencial polémico. «Trabajar con directores primerizos es muy interesante. Debido a su falta de experiencia, no perciben las limitaciones. Si sabes cuáles son los problemas y qué es lo que tienes que temer, no te abres como lo harías cuando te adentras en un territorio que no conocías de antemano. Creo que a Killer Films se le da muy bien lo de respaldar a los directores, les ofrecemos nuestra experiencia sin interferir en su visión», afirma la productora Pamela Koffler. En Killer Films nadie dudó por un instante que el director de la película tenía que ser Mitchell. «Está claro que John es el tipo de director primerizo que encaja en nuestra productora. Él creó este personaje, conocía la historia íntimamente y estaba bien preparado. En muchos sentidos, para nosotros era el perfecto director novel», afirma Koffler. «John es Hedwig, conoce íntimamente al personaje y el material y era evidente que sería un director estupendo», apostilla Vachon.

Según Mitchell, Killer Films y “Hedwig and the Angry Inch” estaban hechos el uno para el otro. «Killer ha hecho algunas de las películas más interesantes de los últimos diez años. Su estilo de trabajo es muy práctico. Piensan igual que yo. No se andan con tonterías, no hay tiempo para ello, “porque no tenemos dinero”», afirma Mitchell. «Las tonterías sólo son para gente que tiene tiempo y dinero para pagarlas», añade Mitchell riendo.

“Hedwig and the Angry Inch” nació espontáneamente de la unión creativa de Mitchell y Trask. Mitchell lo explica así: «Ya estaba aburrido de aparecer de invitado en series de televisión y quería escribir un espectáculo para un solo actor que tuviera música rock. Tenía algunas ideas autobiográficas, unos cuantos personajes y un mito del “Simposio” de Platón. Entonces conocí a Stephen, que es un compositor fabuloso. Cogió el mito y escribió la canción “The Origin of Love”». El proyecto dio un giro un tanto extraño cuando Trask animó a Mitchell a perfeccionar uno de los personajes secundarios, que estaba inspirado en una mujer que había conocido Mitchell. «Era la canguro de mi hermano, que entonces era un bebé. Era alemana y estaba divorciada de un soldado americano. Se hizo amiga mía y de mi amiga Brenda. Entonces teníamos catorce años y vivíamos en Kansas. Íbamos a su caravana y deleitábamos sus oídos con interpretaciones escenografiadas de canciones pop como “Copacabana” y “Lyin’ Eyes”; ella se reía y nos invitaba a cerveza», cuenta Mitchell riendo. «Se veía con muchos hombres y yo no entendía por qué tenía tanto éxito, porque no era excesivamente atractiva, aunque tenía cierta elegancia. Años después, Brenda me lo explicó: “Era prostituta”». Cuando Trask conoció esta historia, sugirió transformar al personaje en cantante de night club, una eterna aspirante a estrella que tocó con un rockero muy conocido cuando éste era adolescente. Empezaron a probar el personaje en un local de drag queens en el que Trask era director musical, y el personaje causó sensación y se convirtió en la estrella del espectáculo.

Aunque “Hedwig and the Angry Inch” no es una historia autobiográfica, el personaje comparte muchas cosas con sus creadores. «Yo, de niño, estaba siempre de un lado para otro», cuenta Mitchell. «Era hijo de militar y nos trasladábamos casi una vez al año. Mi padre estuvo al mando de las fuerzas que controlaban el Berlín ocupado. Eso me dejó una sensación de desarraigo y desorientación, como si me hubiera pasado toda mi vida de gira.”Hedwig” es una especie de bálsamo para esa sensación de desarraigo, de falta de hogar. Y además, es una excusa para hacer de cantante de rock y de travestido», dice sonriendo. «Antes de Hedwig nunca me había vestido de mujer». A Trask, “Hedwig” también le sirvió para recrear sus experiencias musicales. «Yo di a Hedwig su faceta de músico anónimo», ríe Trask. «Eso de que siempre busque inspiración en el rock and roll, aunque las cosas no le vayan bien. Ya saben, el triste músico anónimo que cree en la música y sigue luchando».

Mitchell siempre había visto a Hedwig como un personaje de celuloide. «Cuando empecé a escribirlo para los escenarios, en realidad lo veía más en términos cinematográficos. Se me ocurrían chistes y cortes visuales. Y pensaba: “Qué fácil sería si pudiéramos mostrar una simple imagen, ya se sabe que una imagen vale más que mil palabras”, afirma Mitchell. Ahora se da cuenta de que, a la larga, el esfuerzo de traducir las imágenes a prosa teatral resultó beneficioso para el guión. «El trabajo de recrear imágenes por medio de palabras me obligó a afinar las palabras. Me pasé años trabajando en ellas, puliéndolas, pero ahora puedo volver a las imágenes originales e ir desbrozando parte de la narración en off», cuenta Mitchell. «La obra estaba contada con formato de concierto de rock, y la película está contada como una gira rock. Así, la estructura de la película es una gira mezclada con flashbacks. La obra consistía en hablar al público y contar historias de memoria», explica. «La película muestra lo que en la obra sólo se podía introducir por medio de alusiones, lo que incluye a personajes como Phyllis Stein, la manager entusiasta, y Tommy Gnosis, el cantante famoso. «La película elimina el placer de actuar ante el público en directo, pero por otro lado llega allí donde la obra nunca podría haber llegado», resume Mitchell.

Cuando se les pide que clasifiquen Hedwig and the Angry Inch según la jerga hollywoodense, la mayoría de la gente se ve impotente. «Es muy difícil de explicar», dice Mitchell. «¿Es una cosa de época al estilo Merchant-Ivory? ¿Un drama de acción? ¿Una comedia romántica? ¿Un thriller romántico? Es una película que escapa a toda descripción, y eso es precisamente lo que la acerca un poco más a mi corazón, y también al de la gente que la aprecia». Sin embargo, si se le insiste, Mitchell te dirá que a veces habla de ella como «un musical rock neo-glam post-punk». O, más exactamente, «un personaje que se lanza a averiguar quién es él o ella y lo que eso significa. Sí, creo que es una odisea, ése es la mejor forma de describirla», reconoce por fin.

A Mitchell y a Trask les parecía fundamental conservar el directo musical que caracteriza a la versión teatral. «Stephen y yo coincidimos en la idea de que si en una película se ofrecen canciones punk dobladas, los espectadores no se implican. Se nota enseguida que no es real. En películas como Nashville y otras de Altman, donde hay mucha música en directo, uno se deja llevar más, no siente un muro que le separe de la persona que está cantando», declara Mitchell. Como sucede en la obra, las canciones del filme son los vehículos de que se sirve Hedwig para explicar cómo ha llegado a ser quien es. «Los monólogos sirven para concretar el significado de las canciones», explica Trask. Katie Roumel, productora de Killer Films, añade lo siguiente: «La música del espectáculo del off-Broadway era buenísima y la gente no dejaba de comentar que todas las canciones habían sido un éxito».

Para llevar las canciones de Hedwig a la pantalla, Trask mezcló su score con unas cuantas canciones nuevas. Formó un grupo que incluía al conocido rockero alternativo Bob Mould (Husker Du, Sugar) y también a Theodore Liscinski en el bajo y a Perry James en la batería. Los dos actuaron en dos versiones distintas del espectáculo en directo. «Tener la oportunidad de grabar de nuevo un mismo álbum es algo extraordinario. Te da ocasión de pulir todo lo que no te gustaba la primera vez. Me interesaba mucho producir las canciones de Hedwig de forma que transmitieran por completo el espíritu del directo en la obra, que es un directo muy estentóreo y emotivo, un auténtico espectáculo», cuenta Trask. Para que no se perdiera esa sensación, las canciones se interpretaron en directo en el plató. Trask también se ocupó de grabar canciones nuevas y una partitura instrumental, con ayuda del grupo alternativo Girls Against Boys y una pieza interpretada por el cantante folk Dar Williams.

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Con el colchón proporcionado por Killer Films, Mitchell pudo concentrarse en seleccionar el reparto. «Esta película no estaba supeditada a unos actores determinados. Los productores y los ejecutivos respaldaron todas nuestras decisiones a este respecto. Esta película no se basa en estrellas, se basa en unos personajes, en una historia y en las canciones de Stephen», afirma Mitchell.

Con el respaldo de Killer Films, Mitchell y Trask pudieron reclutar a algunos de los actores que habían trabajado en la versión teatral y también unas cuantas caras nuevas. Cuando le llegó el turno al marido de Hedwig, Yitzhak, un personaje muy complicado que quiere ser drag queen, Mitchell y Trask comprendieron de inmediato que la única elección posible era Miriam Shor. «Ella había hecho un casting para la versión de prueba y entonces ya comprendimos que tenía que hacerlo ella», recuerda Mitchell. Trask está de acuerdo. «Tiene mucho talento. La intensidad que aportó al personaje en el teatro nos obligaba a ampliar el papel en la versión cinematográfica. Miriam es una joya». Mitchell se explica: «Miriam protagoniza una subtrama pequeña, pero importante. Yo soy un actor que hace de una persona que se ve obligada a convertirse en mujer, y ella es una actriz que hace de un hombre que quiere ser drag queen. A Hedwig todo el mundo la trata mal, y ella trata mal a Yitzhak, y Yitzhak se distancia e intenta escapar. El viaje de Yitzhak forma parte intrínseca del viaje de Hedwig en busca de sí misma». «Yo soy como la sombra que sigue a Hedwig y que la acompaña en su viaje todo el tiempo», explica Shor. «Es un viaje para encontrarse a sí misma, para amarse a sí misma, para salvarse a sí misma, en esencia. Puede que suene a tópico, pero Hedwig no tiene absolutamente nada de tópica».

Uno de los aspectos más notables del montaje teatral fue la reacción del público. La conmoción que causaba en los espectadores. «Aquí entra la gente más insospechada», recuerda Shor. «Ves a un señor de 79 años y dices, “Bueno, éste se va en cuanto termine el primer número”, y resulta que se queda y aplaude, y llora, y luego vuelve otra vez. Y tú te preguntas: “¿Cómo puede ser posible?” ¡Es increíble!”».

A los no iniciados les parecerá extraño y rocambolesco que haya tantas personas, varios cientos de Headheads (fans acérrimos de “Hedwig and the Angry Inch”) entre ellas, que se identifiquen hasta ese punto con la historia de un transexual de la Europa oriental que quiere encontrar a su otra mitad. «Es un personaje muy traído por los pelos, y le pasan cosas rarísimas, pero resulta que su historia es tan humana que la gente se identifica con ella», comenta Trask. La búsqueda de la otra mitad del propio yo, la búsqueda de aquello que le completa a uno, de la conformidad con uno mismo, la búsqueda de algo parecido a la paz interior o la aceptación del yo no es sólo una experiencia personal, es una experiencia universal. Es algo que puede llegar al corazón de cualquier persona, sea cual sea su sexo, raza, religión o entorno. Es algo que traspasa fronteras y barreras y que hasta puede tender puentes. Es algo con lo que todos nos identificamos. Esta inquietud de Hedwig también se extiende a Phyllis, a Yitzhak y a los demás miembros del grupo. «Todo lo que hace Hedwig tiene por objeto completarse a sí misma», explica Mitchell. «Y creo que todos los personajes de su grupo también piensan que algo falta en sus vidas; una esposa, un amante, un dios, la realización musical. Todo el mundo busca algo, todo el mundo intenta completar su todo, incluida Hedwig, por supuesto, y también Tommy Gnosis. Al final, Tommy es quien da a Hedwig las claves necesarias para pasar la página, para comprender que ella es un todo en sí misma, de una forma que ella jamás se hubiera imaginado».

Miriam Shor, que hace el papel de Yitzhak, y Theodore Liscinski, que hace el papel del guitarrista, Jacek, también participaron en la versión teatral. Sin embargo, para otros miembros de la banda tuvieron que buscar actores que pudieran desempeñar funciones de actor y de músico al mismo tiempo. «Tuve unos directores de casting maravillosos, que me encontraron a unos músicos fabulosos. Rob Campbell y Michael Aronov eran los que mejor hacían las mezclas y también los mejores actores», recuerda Mitchell. Y había más papeles que cubrir. Personajes que antes no tenían rostro, y que salieron al mundo acompañados de un buen puñado de frases. Por ejemplo, Phyllis Stein y Tommy Gnosis. Para el papel de Phyllis, la mujer de mediana de edad, manager entusiasta y “monitora” de nuestro grupo, Mitchell pensó inmediatamente en Andrea Martin. «¡Es una de mis cómicas favoritas, y en esta película la he dejado suelta!», exclama Mitchell. «¡Es una mujer increíble!».

Andrea Martin, que tiene larga experiencia en el teatro, vio la obra “Hedwig and the Angry Inch” en Nueva York y Los Angeles antes de saber nada del proyecto cinematográfico. El espectáculo la cautivó y le sorprendió lo mucho que llegó a identificarse con Hedwig y con la música de Stephen Trask. «Yo soy una madre burguesa de California. ¡Para que yo diga que me identifico con esta historia, es que hay mucho de verdad en ella! Aunque Hedwig parezca salida de otro mundo, hay algo en ella que llega a todas las personas. Ese algo se transmite en parte a través de la música. Y lo genial es que cada una de las canciones es una historia en sí misma». Riendo, Martin continúa así: «Pero tengo que reconocer que cuando vi el espectáculo mi primera reacción fue: “¡Bajad un poco el volumen! Aquí hay gente mayor. ¡Parad! ¡Hacéis demasiado ruido, por Dios!”». Luego continúa: «La música es fabulosa. Hay country, hay western, hay valses, hay rock duro, hay baladas bonitas y hay canciones humorísticas».

Cuando Martin se enteró de que la película estaba en preproducción y que estaban buscando a una actriz para el papel de Phyllis Stein, la manager a la que lo mismo le da un traje de Chanel que un concierto de rock duro, supo que quería presentarse a la prueba. «Me alisé el pelo en Los Angeles. Fue muy divertido, y luego me compré unos pantalones de cuero. Y en el vuelo a Nueva York, que duraba seis horas, no podía ni respirar, pero no me importaba. Todo por amor al arte. Y allí, mismo, en el avión, me metí en el personaje; tenía los pantalones de cuero, un top provocativo, el pelo, y pensé: “¡Sí! ¡Me muero de ganas de juntarme con esos chicos! ¡Esa banda es para mí!”, exclama la actriz. «Llegué allí, un almacén pequeño con músicos rodando por ahí, y me transformé, y me pasé dos horas y media improvisando. Cuando se fueron los chicos, John me ofreció el papel».

Comenzado el rodaje, a Martin le admiró la pericia de Mitchell en sus dos facetas, como director y como actor. «La verdad es que no me imagino este proyecto sin él dirigiéndolo. No se me ocurre otra persona para darle el tono adecuado. Es un tono muy sutil. Es un tono de comedia, pero si no hay autenticidad se puede ir de las manos», comenta Martin. «Además de tener la visión de la historia, John ha sido esta misma persona, ha vivido en el mundo de Hedwig durante mucho tiempo. Por eso, creo que dirigirla era lo más natural para él», añade la actriz.

Luego está el joven al que Hedwig se entrega por entero, el hombre que le da la espalda y la aparta de su vida, pero que se queda con sus canciones, se convierte en superestrella del rock y en la pesadilla de nuestra protagonista: Tommy Gnosis. «Creo que fue el personaje para el que más gente vi», recuerda Mitchell. «Pero Michael Pitt es Gnosis en muchos sentidos. En su vida también hay un componente parecido de rebeldía y tiene muchísimo talento, es guapísimo y es un sol. Le he amenazado con hacer de él una estrella con esta película, le guste o no», dice Mitchell riendo. Pitt, que vive en Nueva York, había visto el montaje teatral y le había encantado. «Flipé. Nunca había visto nada igual», cuenta el actor. «Luego conocí a John y le pregunté: “¿Puedo trabajar de acomodador?”, porque quería volver a ver la obra. En lo que se refiere a trabajar con Mitchell, Pitt no puede ser más efusivo. «John es buena gente. Es legal, es buena persona, tiene muchísimo talento, es un tío alucinante. Hasta ahí llega mi vocabulario», dice sonriendo. «Es alucinante».

Además de tan selecto reparto, la producción también contó con un equipo técnico realmente soberbio. Arianne Phillips, una de las figurinistas más modernas y solicitadas, diseñadora de las estrellas, se incorporó al proyecto tras leer el guión por consejo de su amiga Thérèse DePrez, la diseñadora de producción. Después de aquello, Phillips vio la versión teatral diez veces y se convirtió en Hedhead confesa. «Me encanta Hedwig. Me encanta la historia, me encanta la música y me encanta su sensibilidad, lo de enfrentarse a la adversidad y ser fiel a uno mismo. Es una obra de la que me gusta todo», cuenta Phillips. Phillips, que había trabajado en varios proyectos polémicos, pero muy apreciados por la crítica, como El escándalo de Larry Flynt e Inocencia interrumpida (Girl, Interrupted), se había prometido a sí misma que la próxima vez que trabajara con un director primerizo, éste tendría que ser también el guionista de la película. Porque así, «la visión es de una pieza, y siempre es interesante hablar con alguien que dirige su propia historia, porque es algo puro», explica Phillips. También quería trabajar en una película que se caracterizara por su visceralidad. «Me interesaba mucho hacer algo más íntimo, y no creo que haya nada más íntimo que un director que también es el guionista y el protagonista, y que además lleva dos años haciendo la versión teatral. Me atrajo mucho la idea», cuenta Phillips. Cuando llegó el momento de trabajar con Mitchell, Phillips no se sintió decepcionada. «Él capta las cosas, y a mí me parece que yo también le capto a él. Hemos tenido muchas experiencias parecidas, una estética similar, los mismos gustos y las mismas fobias. Creo que es una de las relaciones más creativas que he tenido en mi vida. Para mí, ha sido como un proyecto nacido del corazón, una experiencia realmente increíble», reconoce Phillips. Phillips no tuvo la tarea fácil. En la obra de teatro, Hedwig lleva dos trajes. En la película, cuarenta y uno. Cuatro de los miembros de la banda y Phyllis Stein llevan 16 atuendos cada uno. ¿Dónde encuentra un diseñador la inspiración para tantos modelos? Phillips siempre ha creído que «el vestuario, cuando es bueno, ayuda a explicar el personaje, a crear atmósfera y se convierte en una herramienta de trabajo para los actores». En Hedwig and the Angry Inch, Phillips encontró la inspiración directamente en las páginas del guión. «Yo, por encima de todo necesito conectar con los personajes, y el guión de John Cameron Mitchell es tan fantástico que los personajes cobraban vida ante mis ojos», insiste la diseñadora.

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Para Mitchell era importante que el vestuario de Hedwig se ajustara de forma realista a la situación del personaje. «La regla era que todo tenía que ser creíble, tanto en cuestión de interpretaciones, como de diseño, como de cámara. Esto no es Priscilla, no es Rocky Horror. Hedwig es un personaje que podría haber existido, la historia es una historia que podría haber ocurrido. Por eso, la ropa también tenía que ser creíble. Hedwig tenía que llevar ropa que pudiera entrar en su presupuesto. Como procede de Alemania Oriental, está un poco anclada en los ochenta: por ejemplo, unos vaqueros lavados a la piedra son lo más para ella. Cosas así», explica Mitchell. Phillips coincide con el director: «Para mí, el asunto consistía en crear una sensación de realidad, porque detrás de toda esta extravagancia superficial está la historia de un ser humano». Phillips recorrió todo el espectro del diseño: de la piel de conejo, el estrás y los vaqueros lavados a la piedra (uno de los atuendos que Hedwig lleva en sus espectáculos) a modelos de colecciones pasadas de diseñadores como Rifat Ozbek y Jean Paul Gaultier, pasando por compras de estilo conservador (para uno de los momentos más relajados de Hedwig) y por monos de spandex de todos los colores (Schlatko, el batería, es un rendido admirador de David Lee Roth). Pero una de las influencias más claras que se perciben en los diseños de Phillips son las pelucas. «Las pelucas son un elemento clave. Hasta hicimos un vestido de pelo, todo de pelo de arriba a abajo. Es un vestido-peluca», ríe la diseñadora. «Como pueden comprobar, John nos ha dado plena libertad para dar rienda suelta a nuestras imaginaciones y por eso ha sido tan divertido, un flujo constante de creatividad».

En la tarea de crear la imagen de Hedwig también colaboró la persona que se encargó de crear las pelucas y el maquillaje de Hedwig en la obra original, Mike Potter. «Mike y yo pasamos mucho tiempo juntos antes de la película. Incluso vino a Los Angeles y nos pasamos una semana de compras. Es la primera película en que el pelo y el maquillaje me sirven de inspiración», cuenta Phillips. «En realidad mi trabajo es una extensión del de Mike», añade la diseñadora. Para Mike, que ha diseñado más de treinta pelucas para el proyecto, llevar a Hedwig a la pantalla es un sueño hecho realidad. «En el 95 teníamos que usar papel higiénico envuelto en pelo», cuenta Potter, riendo. «No teníamos dinero. John me daba veinte pavos y me preguntaba si podía hacer una peluca. Y yo la hacía, y sabía que seguramente en el escenario se desharía, o que se le caería de la cabeza. Así era Hedwig por aquel entonces. Por eso, es evidente que con los años he aprendido mucho». Potter también recuerda que él, Phillips y Mitchell solían hablar de la imagen que debía tener cada miembro del conjunto. «Cada uno de ellos representa un tipo distinto de música rock. El personaje de Ted Liscinski, Jacek, el guitarrista, introduce la variante punk. El personaje de Michael Aronov, Schlatko, el batería, tiene pinta de fan de la banda Poison, etc. El personaje de Stephen Trask, Skszp, es Goth [otro estilo de rock], y el personaje de Rob Campbell, Krzysztof, es una especie de Gary Newman [el padre del tecno británico] de la nueva ola. Y por supuesto, la imagen del personaje de Miriam Shor, Yitzhak, es Guns’N’Roses», explica Potter.

Thérèse DePrez, la diseñadora de producción, ha creado la estética de cintas tan aclamadas como Happiness y Yo disparé a Andy Warhol. Vieja amiga de Mitchell, fue uno de los primeros profesionales que se incorporaron al proyecto. Como Phillips, DePrez confiesa ser una auténtica Hedhead: ha visto la obra siete veces. También es muy aficionada a los musicales. «Siempre he estado obsesionada con los musicales, sobre todo los musicales rock, como “Jesucristo Superstar”, “Tommy” y hasta cosas como “Spinal Tap”.Y Hedwig and the Angry Inch está tan bien escrita, es tan especial, que es la mejor», afirma DePrez. Este trabajo permitió a DePrez exprimir a fondo su creatividad: entre otras cosas, tuvo que coger un restaurante y diseñarlo para que parecieran cinco; coger un remolque astroso y convertirlo en el escenario de un concierto rock; crear una parte del Muro de Berlín y un diminuto apartamento de Alemania Oriental y, también, por supuesto, vestir a un hombre de mujer. Pero lo que le resultó más interesante fue trabajar con John. «Trabajar con John es una experiencia extraordinaria. Rodando o despachando con los técnicos mantiene siempre una calma perfecta. Nos maneja muy bien», bromea la diseñadora.

Mitchell es el primero en reconocer que él y Trask son unos privilegiados en el mundo del cine. Además de contar con colaboradores artísticos para quienes Hedwig significa tanto como para ellos, también han logrado mantenerse fieles a su visión del proyecto en todo momento. «Lo hemos disfrutado y lo hemos padecido al mismo tiempo, pero el hecho es que hemos conseguido hacerlo a nuestro modo, como nosotros queríamos. ¿Dónde se ha visto una cosa así? No tener que aceptar a determinados actores ni tener que consultar cada decisión creativa con la gente que maneja el dinero. Los poderes fácticos nos han dado toda su confianza y me siento realmente privilegiado».

Si uno habla con dichos “poderes fácticos”, te dirán que para Hedwig and the Angry Inch no había más remedio que hacerlo así. Nadie conoce a Hedwig mejor que John Cameron Mitchell, y nadie conoce la música mejor que Stephen Trask. Sólo estas dos mitades complementarias llamadas Mitchell y Trask podían llevar esta indescriptible odisea musical punk rock/neo-glam a la gran pantalla.

FICHA TECNICA:

Dirección John Cameron Mitchell
Dirección artística Nancey Pankiw
Guion John Cameron Mitchell
Stephen Trask
Música Stephen Trask
Vestuario Arianne Phillips
Reparto John Cameron Mitchell
Michael Pitt
Miriam Shor
Stephen Trask
Theodore Liscinski
Rob Campbell
Michael Aronov
Andrea Martin

(FUNTES:LABUTACA, AURUM,WIKIPEDIA)

“El vivo” de Anna Starobinets o como las redes podrían dominarnos

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Después de La Gran Reducción, la población de la Tierra se mantiene fija en tres billones de habitantes. Nadie muere: al final de sus vidas las personas renacen en algún otro lugar del globo; un código de encarnación mantiene la información sobre sus vidas previas. Ya no hay individuos, cada ser humano no es más que un elemento en una conciencia mayor, El Vivo. Este cerebro central lo decide todo: donde vivirán las personas, cómo será su trabajo, cuánto tiempo se les permitirá sobrevivir en su encarnación actual… Hasta que nace un ser humano sin código, y todo el sistema planetario se ve amenazado. Esta novela, entre las finalistas de los prestigiosos premios rusos Natsionalny Bestseller y Strannik, demuestra una vez más el talento y las cualidades literarias de Anna Starobinets, una de las principales figuras de la nueva generación literaria rusa.

Comencé a leer esta novela con antecedentes como “Un Mundo Feliz” de Huxley, o “1984” de Orwell, el  antecedente directo parece ser la obra “Nosotros” del ruso , escrita entre 1919 y 1921. El formato es totalmente novedoso, ya desde un primero momento, el libro utiliza el lenguaje de las redes, donde nosotros somos lectores privilegiados de diferentes bitacoras, como si estuvieramos también inmersos en “El Socio”, una red de El Vivo a la que todos los humanos están conectados obligatoriamente, adictiva, y donde el castigo es ser desconectado durante 40 minutos consecutivos. La realidad se asemeja peligrosamente a la ficción.

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Una novela atrapante desde el vamos,  Anna Starobinets (Rusia, 1978) ha sido comparada con Phillip K Dick, y emparentada con el cyberpunk y el terror por sus escritos,aunque ella se empeñe a su vez de mantener la tradición rusa en sus relatos, evocando también a Dostoievski, o a Gogol.

Licenciada en Filología, reparte su tiempo entre la escritura de relatos terroríficos y su labor como editora cultural en distintos medios de comunicación. Autora de libros para niños y relatos fantásticos para adultos, ‘Una edad difícil’ quedó finalista en el prestigioso Natsionalni Bestseller. De momento la novela no ha sido publicada en Argentina, pero podemos disfrutarla en su versión ebook. Me despido como harían sus personajes: “Eternidad!”

(Fuentes:http://www.fantifica.com/http://lecturaylocura.com/http://www.papelenblanco.com/http://www.espaebook.com/)

Ciudad Blanca Cronica Negra-Postales del narcotrafico en el Gran Rosario, Santa FE, Córdoba y Buenos Aires

Carlos del Frade escribió este libro urgente y necesario, que pinta el panorama del narcotrafico con sus complicidades policiales, judiciales y politicas. Nos muestra como nuestra juventud, nuestros pibes estan expuestos a un sistema perverso por el hecho de ser pobres, jovenes y manipulables.

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Esta obra parte desde el inicio del narcotrafico en Santa Fe, en los años setenta bajo la complicidad militar, y la lucha de sacerdotes y organizaciones de derechos humanos para combatri este flagelo. Complicidad policila y politica que hace la vista gorda para seguir facturando y/o evitar represalias, mientras son programados operativos sensacionales de policia y gendarmeria, donde caen perejiles, pero el negocio sigue funcionando perfecto y aceitado.

“La conexión boliviana y los negocios de Galteri y Guerrieri; los puertos del sur provincial; fútbol y lavado de dinero; historia política de Los Monos; los negocios blancos de Luis Medina; la realidad de los pibes; la cuestión nacional y latinoamericana; el plan del imperio; las complicidades políticas; los delincuentes de guante blanco; la corrupción de las fuerzas de seguridad; son algunos de los temas abordados en este trabajo de casi medio millar de páginas.

El duro análisis de Roberto Rosúa sobre la cuestión narco en la provincia y el manejo político de la policía; la realidad de Villa Gobernador Gálvez; los testaferros de Grondona y el lavado de dinero; el atentado contra Bonfatti; son también otros de los temas abordados por el libro.

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Además es una crónica de crónicas periodísticas de los últimos diez años, un manual de consulta para ver la historia reciente desde el eje del narcotráfico y con perspectiva latinoamericana.” (De la página de “Ultimo Recurso”)

El autor, el periodista rosarino Carlos del Frade tiene un programa desde hace cinco años los sabados en CABA junto a Mauro Federico en Radio Splendid AM 990 “Sobre la Hora”.

Por qué este libro no recibe difusión, es como para preguntarselo mientras salen cinco libros sobre el fenomeno Escoban Gaviria, tan lejano y tan cercano, pero se oculta la realidad profunda de nuestro país, ese problema que nuestras autoridades deberían asumir antes de transformarnos en otro narco estado como México o Colombia.

“Mientras los grandes medios de comunicación y las redes sociales afirman que la expectativa de vida llega hasta pasados los setenta años, ese avance cientifico no llega a muchos pibes y pibas de estas regiones.

Ellos no leen los libros que escribimos, ni los diarios donde pubicamos ni tampoco esuchan nuestros programas de radio, ni ven nuestros proyectos televisivos.

¿Qué hacemos nosotros ante esta realidad?

El narcotrafico es el ciclo capitalista actual de acumulación de dinero fresco e ilegal, que alimenta otras actividades ilegales. Y Junto a las armas conforman esa manera de concentrar efectivo sin rendir cuentas a nadie.

Hay muchas armas y mucha droga entre los pibes y el pueblo en general porque así se mantiene el sistema.

Luchar contra el narcotrafico es luchar contra el capitalismo.”

Todo esto reza la contratapa del libro, editado a pulmón por Editorial Koletivo Ultimo Recurso: http://www.ultimorecurso.org.ar

Cayo en mis manos casi por casualidad, duro, imprescindible, todos deberíamos leerlo.